La escudería Toyota, que fue una de las que pidió la cabeza de Max Mosley tras su escándalo sexual, ha anunciado que acepta la decisión de la asamblea, y espera que pase de una vez esta polémica por el bien de la Formula 1.
La compañía ha lanzado un comunicado que dice lo siguiente: "Toyota acepta la decisión tomada durante la asamblea extraordinaria de la FIA. Ahora esperamos que el deporte pueda conducir sus actividades de manera normal y que se puedan superar las controversias".