Pero la FIA examinó este sistema y lo declaró ilegal antes del comienzo de la temporada. "Nos faltó tiempo y participamos en la primera sesión de entrenamientos privados con un sistema convencional. Hubo un fallo en el reglamento y nada impedía recuperar los gases de los escapes y enviarlos donde quieras", explicó Newey. Pero el Red Bull RB8 empezó, finalmente, sin este sistema: "Fue muy complicado equilibrar el coche. Teníamos subviraje, sobreviraje y, a veces, las dos cosas a la vez".
La situación le exaspera
"Hemos de tener cuidado con que las restricciones no tapen las innovaciones. La belleza de la F1 está en la batalla que libran los pilotos, pero también en la lucha entre los diferentes monoplazas. Cuanto más estrictas quieran ser las reglas, más estaremos dirigiéndonos hacia lo que se parecerá a una GP1. ¿De verdad queremos eso? Estoy bastante sorprendido por algunos de mis compañeros, que piden más restricciones técnicas en vez de reuniones de grupo de trabajo técnico. Es como si dejáramos votar a los pavos para que decidieran si nos los podemos comer en Navidad", finalizó el de Red Bull.