Pero no es oro todo lo que reluce, y aunque en Mónaco tuvieron otro de sus grandes momentos de este 2012, las cosas volvieron a torcerse y los progresos rivales empezaron a dejar atrás a un W03 que no evolucionaba a un ritmo adecuado y volvía a generar una degradación excesiva de neumáticos. La situación era nuevamente similar a la de los dos últimos años, y el sueño de salir por fin adelante empezaba a desvanecerse. Tanto fue así que, ante la imposibilidad de hacer regresar al monoplaza a la senda correcta, detuvieron su desarrollo en la parte final del año, en la que cosecharon los peores resultados de su historia en la categoría. El propio Ross Brawn explicaba en noviembre que "el DRS-Duct era un buen concepto, pero nos frenó en otras áreas", admitiendo los errores cometidos durante los primeros meses de la temporada. Pasaron de codearse con los mejores a luchar por no perder un quinto puesto en el mundial de constructores, algo que sabe a muy poco cuando has logrado probar las mieles de la victoria.
Mercedes en números
Michael Schumacher
El incombustible siete veces campeón del mundo afrontaba una nueva temporada en el equipo con el que pretendía volver a tocar la gloria, pero una vez más tuvo que quedarse con las ganas de hacer algo grande. El prometedor inicio con clasificaciones en la segunda fila de la parrilla no se veía reflejado en forma de buenos resultados en las carreras, donde el alemán no sólo cometió errores, sino que también sufrió los de su equipo, como el que le obligó a abandonar en China cuando optaba a su primer podio y a completar un doblete histórico para las Flechas Plateadas. Eso, unido a los numerosos problemas de fiabilidad, dejó un pobre balance de cinco abandonos en las siete primeras carreras, precisamente el único momento del año en el que el W03 pudo optar a hacer algo importante.
Su mejor momento llegó en el GP de Mónaco, donde brilló consiguiendo el mejor tiempo en la Q3 del sábado pero se quedó sin la que hubiese sido su 69ª pole a consecuencia del error cometido en Montmeló, donde se llevó por delante al Williams de Bruno Senna. En Valencia encontró finalmente su premio en forma de podio inesperado, pero el resto de la temporada fue un suplicio para él, luchando con un monoplaza lejos de los mejores y cometiendo más errores incomprensibles en un piloto de su categoría como el accidente con Vergne en Singapur. No fue el mejor punto y final a una trayectoria brillante, y salir por la puerta de atrás no era lo que el 'kaiser' esperaba en este retorno de tres años, pero Michael mantuvo su profesionalidad hasta el final y se despidió con una sonrisa de una competición que se lo ha dado todo.
Michael en números
Nico Rosberg
Tras dos años batiendo a Schumacher, al disponer de un monoplaza nacido entre los mejores llegaba el momento de que Nico demostrase algo más y sacase lo mejor de sí mismo desde el inicio. Sin embargo, la presión le jugó malas pasadas en Australia y Malasia, donde no aprovechó el potencial del W03 en clasificación y terminó fuera de los puntos. Fue entonces, justo cuando se empezaban a barajar las dudas en torno a sus capacidades para lidiar con un coche competitivo, cuando llegó su gran momento. En China no falló y se adjudicó la primera pole y la primera victoria de su trayectoria tras 111 intentos, siendo el encargado de devolver a las Flechas Plateadas a lo más alto. En Mónaco volvió a brillar bajo la presión de los Alonso, Vettel o Hamilton para ser segundo, pero ahí concluyeron sus momentos gloriosos del año.
Malos fines de semana como el de Silverstone y el bajón de rendimiento del W03 le impidieron volver a brillar, y su quinto puesto en Singapur fue la única nota buena de una segunda mitad de temporada en la que sólo pudo sumar 17 puntos tras los 76 acumulados hasta su carrera local en Alemania. La superiodidad en el cara a cara con Michael que había sido la tónica desde 2010 dejó de ser tan pronunciada, y sus tres abandonos por accidentes en las primeras vueltas durante la parte final del año no ayudaron a cambiar el ambiente de decepción que se vivía en el equipo a la conclusión de 2012. Su temporada puede calificarse de buena al haber conseguido aprovechar algunas de las pocas oportunidades que le brindó el W03 y al entrar a formar parte del grupo de ganadores de carreras en el que se encuentra su padre Keke, pese a que la sensación que dejaron los últimos GP fuese nuevamente la de querer y no poder.
Nico en números
Cara a cara
Clasificación: 10-10
Carrera: 10-10
Vuelta rápida: 7-11