Un gesto que extrañó a muchos, dado que el heptacampeón no llevaba precisamente un Toro Rosso, pero que según parece a Christian Horner no le sorprendió tanto. "Michael fue muy amable cediéndole la sexta posición, lo que le fue suficiente para conseguir su tercer campeonato consecutivo".
Más que un gesto
El británico cree que este hecho escenificó un cambio generacional entre campeones y alemanes.
"Michael es conocido por ser un piloto duro. Creo que su gesto con Sebastian fue como pasarle el testigo. Imagino que no fue un acto bien recibido en su antigua empresa (Ferrari)", concluyó Horner.