Por otro lado, Fernando Alonso fue la otra cara de la moneda. Si bien Vettel estuvo sonriente y realizó las típicas bromas a la prensa que suele hacer, el español se mostró serio. Y no es para menos, ya que la concentración del de Ferrari ha de ser máxima si quiere reducir la ventaja de trece puntos de Vettel y llevarse el Mundial en Sao Paulo. Cuando la prensa le preguntó sobre el sabotaje de Ferrari en la caja de cambios del Felipe Massa, Alonso no dudó en decir que se sentía "orgulloso" de lo realizado.
Ambiente tenso
Además, el español lanzó un dardo envenenado a Red Bull, el equipo rival durante todo el año: "No tenemos que remontarnos muy atrás para ver que tuvimos algunas dudas con algunos equipos y con la posición en la que iban a empezar, dependiendo de los límites que encontraran en las regulaciones". Por su parte, Vettel simplemente insistió en que Red Bull tomó "un enfoque diferente" en comparación con las tácticas cuestionables desarrolladas por Ferrari.