"En la Fórmula 1 no hay suerte," asegura el finlandés en una entrevista al diario Marca. "Hace falta un coche bueno y, si algo no funciona, es que ha habido algún fallo: en el diseño del coche, en la preparación, en el piloto, algo que ha fallado. No se gana por la suerte. Si me salgo de la pista o si fallo, no es culpa de nadie, es culpa mía, no es cuestión de suerte. No me perdono los errores, pero no tengo ningún problema en admitir cualquier estupidez sin cargar las culpas a los demás".
A pesar de que asegura que "un cambio de 5ºC de temperatura cambia completamente el comportamiento" de los neumáticos, Räikkönen asegura que el campeonato nunca se decide por quién gestione mejor los neumáticos. "Gana el que mejor conjunto tiene. Las ruedas no van a condicionar el título. Si Marussia encuentra la forma de aprovechar bien las ruedas no va a comenzar a ganar carreras. Ni mucho menos," comenta el piloto de Lotus, que no ve secretos en que Ferrari siga aspirando al título a pesar de tener un monoplaza más débil en velocidad pura que sus rivales.
"Han tardado en reaccionar, pero lo han hecho últimamente más rápido que los demás, o los otros han cometido más errores que de costumbre, y ha habido muchos ganadores. Sin el coche más rápido se pueden lograr muchos puntos. Nosotros por lo menos queremos ser segundos en el Mundial y yo subir alguna posición. Hay pocas diferencias entre nosotros," explica Kimi, que asegura que Fernando Alonso "era el que mejor lo tenía, pero aquí tienes un par de fines de semana torcidos y, si los otros aciertan, todo da un vuelco enorme".
"Marcharme de Ferrari fue una liberación"
Después de un par de años apartado de las pistas, Räikkönen declara haber vuelto a la Fórmula 1 "por amor al deporte, por la lucha con los otros competidores". "Desde ese punto de vista no hay nada igual a la F1," explica, al tiempo que reconoce que Lotus es un buen lugar para crecer. "Quieren ganar, y el deporte y la técnica están antes que la política, y todos miran en la misma dirección. Eso hay que mantenerlo, sólo así los resultados serán buenos".
Por lo que se lee en sus palabras, esa situación no era igual en Ferrari, el último equipo en el que compitió antes de dejar la Fórmula 1. "Gané un título con ellos, tuve buenos momentos. Estoy satisfecho de los tres años que pasé allí. Quizás se pudo hacer más, pero yo sé por qué no se hizo y no quiero hablar de por qué no seguí con ellos. No echo de menos a nadie. Para mí, marcharme fue una liberación. La situación se podía haber llevado de otra forma, pero es el pasado, lo que está hecho no tiene vuelta atrás. Las cosas no duran mucho donde se trabaja y las relaciones no son buenas".
"Vivo la vida como quiero"
Una de los aspectos que más llaman la atención de Kimi es su actitud fuera del monoplaza, donde mantiene un porte desenfadado y muy distinto al del resto de sus pilotos, algo que el finlandés no oculta. "Siempre he sido así. Vivo la vida como quiero y no me ha ido mal con mi forma de hacer las cosas, quizás he cambiado un poco con la edad, pero no cambiaré mi filosofía de vida," explica Räikkönen, que reconoce que le hubiera gustado competir en otra era de la Fórmula 1, como la de James Hunt, cuyo casco portó en el Gran Premio de Mónaco.
"No puedo impedir que mucha gente hablé por mí, pero no le doy ninguna importancia a eso. Me gustan las historias de aquella época de la F1, todo parecía ser más fácil, más sencillo. Los pilotos creo que se divertían más. Hunt es un ejemplo, pero eso pasaba en todos los deportes. Hoy hay más dinero en juego y es todo diferente, más profesional. La diversión al volante antes era más importante que ahora," concluye el finlandés.
