En esta fase final de la temporada cada detalle cuenta y es importante analizar los circuitos que acogen las carreras finales para tener una fotografía lo más nítida posible de cómo se sucederán los acontecimientos. Pero, tras lo visto este fin de semana, dos cosas parecen claras. La primera es que cualquier resultado, por seguro que parezca, puede irse al traste por hechos inesperados. La segunda es que ningún circuito será favorable a Ferrari de aquí al final en Interlagos, pues Red Bull cuenta con una ventaja ya prácticamente insalvable.
Hamilton insiste
Lewis Hamilton se encuentra, tras lo ocurrido en Abu Dabi, a noventa puntos de Sebastian Vettel en la clasificación general del campeonato. Si hay un claro ejemplo de lo injustos que pueden llegar a ser los números en el deporte, sin duda éste es uno de ellos. Hamilton está pilotando al mejor nivel de su carrera y, sin embargo, McLaren se ha encargado casi sin excepción de arruinar semejante esfuerzo. El pasado fin de semana fue un ejemplo más, con un Hamilton dominador desde el mismo viernes e incontestable y fiable a lo largo del sábado y el domingo... hasta que llegó la enésima avería del McLaren. Es totalmente lógico que Lewis pase a un segundo plano en las crónicas y análisis de este final de temporada -ya que el título merece todos los focos posibles- pero sin duda merece la pena pararse unos instantes a recordar la excepcional temporada del futuro piloto de Mercedes.
Temporada larga
Durante los dos primeros tercios del año, quedó claro que Red Bull sufría en los circuitos que demandaban eficiencia aerodinámica (no me canso de recordar lo sucedido en el Gran Premio de España), desenvolviéndose mucho mejor en trazados de tracción y agarre mecánico. Ferrari era, en ese sentido, la antítesis, pero la temporada es muy larga y la constante evolución ha terminado por cambiar las tornas. Tras la reconversión del RB8 desde Suzuka, Vettel y Webber brillaron especialmente entre curvas rápidas, para llegar a Abu Dabi con más dudas como consecuencia de su naturaleza de Tilkódromo. Así se les suele llamar a los circuitos diseñados por Hermann Tilke, que acostumbran a premiar la tracción y el agarre mecánico con sus innumerables curvas de media o baja velocidad y 90º.
McLaren dejó claro el viernes que, un año más, iba a ser el equipo a batir en Yas Marina, pero también fue palpable de inmediato que Ferrari sufriría en la comparación con Red Bull y que, incluso, podría verse en problemas a la hora de contener a alguno de los Lotus o Williams. La composición quedaba definida y sólo el factor humano podía modificarla.
Desliz
Tras una sesión de libres complicada por una avería en los frenos de Vettel, el alemán se las arregló para salvar los muebles en la calificación, pero antes de llegar a boxes recibió un aviso por radio: debía detener el coche inmediatamente. A raíz de ello la sanción a Hamilton en Montmeló vino a la mente de todos y la FIA decidió investigar la causa de dicho incidente, pues es obligatorio para todos los pilotos volver a boxes, salvo por causas de fuerza mayor.
Tras la interminable deliberación de los comisarios -algo ya habitual por desgracia-, Sebastian Vettel fue descalificado al no poder aportar la cantidad mínima de combustible estipulada en el reglamento y, por tanto, debería salir desde la última plaza. Posteriormente el equipo decidió realizar cambios en el monoplaza para darle a Sebastian más opciones de remontada, debiendo salir éste desde el pit-lane.
Algo que demostrar
No deja de resultar absurdo que un doble Campeón del Mundo tenga que demostrar, a ojos de muchos aficionados, que es un piloto de altísimo nivel. Pero, bien como consecuencia de la propia filosofía de la Fórmula 1, bien porque Vettel ha contado durante gran parte de su carrera con un material competitivo, lo cierto es que el alemán parece condenado a demostrar algo carrera tras carrera. Y en Abu Dabi se daban todas las circunstancias para que fuese sometido a un examen definitivo.
En lo que a este humilde aficionado respecta, Vettel ha demostrado sobradamente ser un piloto brillante, rebosante de talento y con capacidad para liderar un proyecto tan ambicioso como el de Red Bull. Su podio en Abu Dabi no hizo sino confirmarlo. Con ayuda de la suerte en forma de doble Safety Car, sí (y no por la buena gestión de los mismos desde el muro de Red Bull precisamente, sino por la recuperación de tiempo que supuso). Pero eso es algo que también vivió Fernando Alonso en Valencia este mismo año y eso no nos impide catalogar su actuación como una de las más impresionantes de los últimos años.
Talento a raudales
En cuanto a Alonso, pocas novedades respecto a su rendimiento en carrera, extrayendo una vez más el 100% de un monoplaza que se mostró perezoso durante casi todo el fin de semana a la hora de exhibir velocidad suficiente como para plantar cara a los McLaren, Red Bull e, incluso, el Lotus y el Williams de Räikkönen y Maldonado respectivamente.
El campeonato entra en su fase decisiva y da la sensación de que el binomio Red Bull-Vettel podrá hacer frente a todo. Con ayuda de la suerte, sí. Como todo campeón.