
El principal problema consiste en evitar que los monoplazas puedan acelerar el ritmo para intentar llegar cuanto antes a boxes a repostar mientras el SC está en carrera, y está claro que con ayuda de la electrónica eso es algo más que factible.
Lástima que los cambios aún vayan a tardar en llegar por que Mónaco y Montreal son dos carreras en las que las probabilidades de aparición de Safety Car son muy elevadas y los dos GP pueden ser una auténtica locura con las actuales normas.