Lo primordial para rendir en un deporte exigente a muchos niveles es estar en forma físicamente, pero una mente preparada puede elevar aun mucho más el rendimiento. Sin embargo, una mente débil puede hacer que todo el trabajo físico no valga nada. Como en cualquier deporte especialmente exigente a todos los niveles, el equlibrio cuerpo-mente es fundamental. Si bien cada Gran Premio les exige muchísimo a nivel físico a los pilotos, también ocurre a nivel mental, y por eso es mejor estar preparado.
Motivación y presión, dos de las claves
Siempre oímos hablar de la motivación, pero ¿cuánto de importante es en la vida de un piloto? Por supuesto, ver que se consiguen buenos resultados aumenta la motivación, y lo contrario puede mermarla. Como cada persona, cada piloto es un mundo; por ejemplo, la aparente despreocupación de pilotos como Kimi Räikkönen no parece afectar a su rendimiento, mientras que pilotos que entrenan a diario y se involucran en todo protagonizan grandes carreras igualmente.
La presión es otro de los obstáculos que se suelen presentar en la vida de un profesional, posiblemente el más difícil de sobrellevar, porque puede presentarse incluso en un buen ambiente de equipo o por causas ajenas al propio piloto. Es fundamental que un piloto sepa canalizarla de una forma positiva, o al menos, ser capaz de continuar su trabajo sin que la presión influya tanto como para bajar su rendimiento deportivo. Cada preparador físico debe conocer lo suficiente a su piloto como para poder ayudarle también a nivel mental. Muchos ofrecen a su piloto ejercicios como el yoga o el tai chi, técnicas de relajación e incluso apoyo psicológico si este fuera necesario.
Un entrenamiento mental no actúa solo a nivel psicológico, sino también a nivel físico. Si comparásemos el cerebro de una persona normal con el de un piloto, veríamos que aun siendo el mismo órgano, trabajan de maneras muy diferentes. La Fórmula 1 no es un deporte donde haya tiempo para el descanso mental, como podría haberlo en el baloncesto o el fútbol entre la primera y la segunda parte. Además, para un piloto es fundamental tener unos reflejos por encima de la media, para no perder ni una milésima en la salida o para reaccionar a tiempo en caso de accidente.
"Siempre intentamos involucrar al cerebro en el entrenamiento porque en la F1 tenemos que mantener el cerebro trabajando hasta el último tramo", dice Kovalainen en un reportaje de la BBC. "No podemos perder la concentración, tenemos que hablar por radio con el equipo, y si estás bien preparado físicamente, entonces dejas un poco de reserva a tu cerebro para continuar. [...] El trabajo más importante para un piloto de F1 es conducir al 110%, pero también necesitas buena memoria y estar alerta para comunicarle a los mecánicos e ingenieros qué está haciendo el coche".
Preparados para lo inesperado
Uno de los ejercicios más populares en la preparación de los pilotos es el de los tableros de reacción, donde entrenan la coordinación entre ojos y manos golpeando tantas luces como puedan en un tiempo dado. En un tablero de esas características la media suele estar en 60, aunque lo normal es que una persona sin ningún tipo de entrenamiento ni siquiera suele llegar a ese número. Un piloto supera con creces las 100. De hecho, si analizásemos el cerebro de un piloto de Formula 1 durante un ejercicio de este tipo, veríamos que presenta una mayor actividad en el área relacionada con los reflejos y la capacidad de reacción.
"Tienes que estar alerta para diferentes situaciones en F1", dice Kovalainen. "Tienes que estar preparado para algo que va a venir, pero no sabes cuándo ni de dónde".
El piloto de Formula 1 ideal es aquel que sabe mantener el equilibro perfecto entre cuerpo y mente. El mejor ejemplo actual lo tenemos en Fernando Alonso, cuya capacidad de mantener la cabeza fría le hace rendir mucho más pese a la situación en que se encuentre. La otra cara de la moneda es su compañero de equipo Felipe Massa, quien, pese a haber superado un grave accidente y aguantado mucho mejor la presión en el pasado, parece que no consigue ponerse al nivel que tenía antes. El tema de los compañeros de equipo es una de las situaciones más difíciles que debe afrontar un piloto a nivel mental: si el compañero no le supone un reto, puede que su afán competitivo baje, pero si este le supera la mayoría de las veces, la situación puede ser aún peor.
Tal y como decía Ayrton Senna: "Con tu fuerza mental, tu determinación, tus instintos, y con la experiencia también... puedes volar muy alto".