Esta notable evolución no es fruto de la casualidad. Hamilton asegura que las claves se encuentran en una vida personal menos ajetreada y a una mejoría en las relaciones con su equipo, mejoras que ha conseguido después una profunda reflexión: "Cada año, acabas una temporada e intentas analizar qué es lo que ha pasado y lo que has hecho, e intentas extraer lo positivo de lo que has hecho. Después intentas canalizar esas cosas y mejorar aquellas que no hiciste tan bien".
Mejores relaciones
El británico afirma que el rendimiento de un piloto está condicionado por todo lo que sucede fuera del paddock. Lo que el piloto hace en su tiempo libre y cómo ello le afecta es un gran condicionante: "Siempre he dicho que es una combinación, no sólo las cosas que haces en la pista, es también tu vida personal fuera de ella, el tiempo en casa, con los amigos, ese tipo de cosas".
Por ello, el inglés vuelve a estar a pleno rendimiento tras haberse deshecho de todos los condicionantes negativos: "He fortalecido los puentes y relaciones con la gente, no sólo en mi vida personal, también con mi equipo. He estado trabajando mejor con los ingenieros este año y todo eso ha ayudado. No tengo ningún problema en particular en mi vida, ni ninguna carga, y el año pasado tenía un gran, gran saco. Afortunadamente he tirado todo eso a la basura y todo va bien ahora".