Han tenido que pasar 31 años para que un Fórmula 1 vuelva a pisar el viejo asfalto germano. En esta ocasión, Nick Heidfeld se volvió a subir en el BMW F1.06, el del año pasado, para dar tres vueltas ante 45.000 espectadores reunidos en Nürburgring. Tras el evento el corredor alemán reconoció que "fue increíble. Fue mucho mejor de lo que pensaba que sería. Esta pista es la mejor en el mundo". Tan emocionado estaba Heidfeld, que reconocía: "Nunca olvidaré este día mientras viva. Esta experiencia tan especial estará con todas aquellos recuerdos que tengo de mi niñez y éxitos deportivos".
Mario Theissen, director deportivo de BMW Motorsport, se fue del circuito alemán muy satisfecho con el transcurso de la jornada y esperando haber "dado a los fans algo muy especial, aunque creo que lo hemos logrado con todo el programa de BMW". El equipo BMW ajustó al máximo el F1.06 para que contase con una buena holgura en el circuito alemán: cuatro centímetros en el ápice frontal y ocho en el trasero. Ninguna otra modificación fue necesaria. El mejor crono registrado por Nick Heidfeld fue de 8:34 minutos en su segunda vuelta, pero, lógicamente, los tiempos quedaron relegados a un segundo lugar.