"Ha sido bestial volver a pilotar un F1," explica Jaime, que completó una distancia cercana a 900 kilómetros, lo que equivale a tres Grandes Premios. "Rodar en uno de los circuitos más emblemáticos del Mundial, con velocidades punta de vértigo y condiciones de poca carga aerodinámica es un auténtico lujazo, y a la vez, un trabajo capital para el 2013".
Buscando "un futuro muy esperanzador"
"Soy consciente de la responsabilidad que han depositado en mí los técnicos de Pirelli. Mi implicación es al 100% en este proyecto, y gracias a ellos puedo diseñar un futuro muy esperanzador," reconoce el catalán, que considera que este rol le beneficiará de cara a hacerse con un asiento oficial en la próxima temporada del Gran Circo.