De esta forma, el monoplaza habría sufrido profundas modificaciones en los laterales y las entradas de aire, un cambio que afecta a las protecciones laterales del piloto, lo cual obliga a Ferrari a probar ante la FIA que cumplen con los requisitos mínimos de seguridad. El objetivo de este rediseño es mejorar el caudal de aire que llega a la parte trasera del monoplaza con el fin de aumentar el downforce o carga aerodinámica.
No son los únicos
El equipo italiano no sería el único en haber pedido a la FIA pasar de nuevo los 'crash test', ya que, según parece, otras dos escuderías han solicitado al organismo estas pruebas de impacto para sus monoplazas. Uno de ellos sería el equipo Red Bull, aunque por razones bien distintas a la de sus rivales de Maranello. Los chicos de la bebida energética buscan afinar algunas de las soluciones de su monoplaza, entre ellas, un hipotético reinventado sistema F-Duct.