"El coche no nos sorprendió con ningún problema de importancia, lo que nos permitió trabajar en las mejoras desde el principio", añadió el piloto japonés. La fiabilidad es uno de los principales problemas para los nuevos monoplazas y uno de los primeros obstáculos que los equipos tienen que salvar.
Kobayashi cree que el C31, en general, ha superado esa prueba a pesar de alguna leve incidencia, como el problema hidráulico que tuvo el último viernes: "Perdimos tiempo en pista debido a pequeños problemas y me gustaría dar las gracias a los mecánicos por todo su trabajo. Hicieron un gran trabajo para poder devolverme a pista otra vez. Al final hice unas 76 vueltas, lo cual no está nada mal".
Con la mirada puesta en el futuro
El piloto de Sauber ya está centrado en las próximas jornadas de test, que tendrán lugar en el Circuito de Montmeló en apenas dos semanas, entre los días 21 y 24 de febrero. Con los datos de Jerez ya en la mano, el equipo planea la dirección a seguir en las próximas semanas: "Tenemos ya una idea de cuáles serán nuestros próximos pasos y estoy deseando llegar a los test de Barcelona".