A pesar de que ninguno de los equipos que acudieron a la reunión quisieron comentar oficialmente su resultado, parece que el encuentro ha sido positivo, aunque se necesitarán más negociaciones para poder alcanzar un acuerdo final. El jefe de equipo de Red Bull, Christian Horner, ha dicho que su equipo tiene la voluntad de mantener el control del gasto, aunque admite las dificultades que tiene llegar a un acuerdo. Por ejemplo, en el caso del motor, habría que encontrar una equivalencia entre las horas de desarrollo que dedica un equipo como Ferrari a fabricar su propio motor, y los gastos externos que suponen comprar el motor para un equipo que no lo fabrique, como es el caso de Red Bull.
En el acuerdo deben quedar reflejados los motores
Christian Horner admite que encontrar esas equivalencias puede ser difícil: "Tiene que abarcar todos los aspectos del coche. Cada equipo está hecho de una forma distinta, con diferentes dueños. Algunos son fabricantes y otros somos independientes. Si te centras en las cosas concretas, como los test, las horas en el túnel de viento, las restricciones de personal, todo eso que se 'puede tocar', el tema funciona bien. Pero en cuanto empiezas a buscar una equivalencia entre horas de desarrollo y gastos externos, es cuando empezamos a tener problemas. Buscar las equivalencias siempre es muy peligroso".
Además, Horner pide que en el acuerdo se tenga en cuenta también el motor del monoplaza: "Existe la voluntad, por parte de todos los equipos, de contener el gasto. Y no se pueden excluir a los motores, cuando algunos equipos construyen su propio motor. Así que es importante tener una visión global de los equipos, en lugar de simplemente centrarse en el chasis".