El piloto de Sauber tuvo un accidente en una 'chicane' durante la Q3 de la clasficación de Mónaco, lo que le causó una conmoción cerebral que le mantuvo fuera de la competición todo el fin de semana. Pérez intentó volver a correr dos semanas después, en Canadá, pero tuvo que retirarse en los entrenamientos.
La familia fue un gran apoyo para él
Aunque estas dos carreras fueron las únicas que se perdió, el mexicano ha dicho que las consecuencias del accidente se prolongaron más, llegando a poner en peligro su campaña.
Cuando se le preguntó si estaba contento con su temporada, explicó: "Bueno, estoy contento por lo rápido que fui pero no por los resultados y los puntos obtenidos. Por culpa del accidente me perdí dos carreras en las que el coche y el equipo lo hicieron muy bien. Me costó algunas carreras más volver a estar al cien por cien en el coche. No obstante, si hago un repaso a toda mi actuación en la F1, creo que puedo estar contento por la temporada que hice como 'rookie'".
El piloto también admitió que le sorprendió el tiempo que le llevó recuperarse por completo: "Físicamente, tuve que esperar. No fue fácil, pero sí importante. Cuando me subí al coche en los entrenamientos de Canadá me di cuenta de las dificultades que había. Me mareaba, por lo que era imposible conducir. Dos semanas después, en Valencia, me sentí mucho mejor y pude pilotar. También fue mejor en Silverstone y en Nürburgring, pero fue en Budapest donde sentí que ya estaba totalmente recuperado".
Pérez reconoce también que fue algo duro: "Fue un golpe muy fuerte y lleva tiempo sentir que estás totalmente recuperado de una conmoción cerebral. También fue un shock a nivel mental. Me ayudó mucho volver a mi casa en México, y fue muy importante prepararse para volver a correr de nuevo".
