"Todavía no sabemos cuál es nuestro ritmo. Hasta después de Barcelona no sabremos cuál es nuestro nivel. Australia, Malasia y Bahréin son circuitos muy diferentes y no reflejan el verdadero ritmo del coche. En Barcelona será dónde veremos todo".
"Cuando estás un tiempo con tráfico, castigas más las ruedas delanteras y lo hace más difícil. Una vez que estuvimos con aire limpio, pudimos coger ritmo y esa habría sido la ventaja de liderar el Gran Premio, como hicimos en Melbourne. Si es nuestro peor fin de semana del año, entonces estaré contento".
"El único problema de la carrera fue la rueda de Hamilton. Eso nos quito la tercera y cuarta posición. Aparte de eso, fue una carrera tranquila en la que el ritmo se marcó desde atrás. Pero liderar los dos campeonatos no es un mala situación".