El piloto, de 32 años, recuerda la temporada 2008 con Toro Rosso: "En la primera parte del Campeonato los dos pilotos éramos igual de fuertes. Después llegó el nuevo coche y el equipo no tuvo la capacidad suficiente para saberlo evolucionar".
Sebastian trabajó duro
Y añade: "Lo que Sebastian hacía con el coche era no cometer ningún error, aunque las condiciones de la pista fueran difíciles. Por otro lado, los dos tuvimos problemas para comunicarnos con los mecánicos, ya que apenas hablábamos inglés. Para mí fue más duro porque, al tener a mi familia en casa, apenas tenía tiempo para dedicar al estudio de un idioma. Sebastian invirtió más tiempo y por ello consiguió comunicarse mejor con el equipo".