La medida de la distancia entre monoplazas seguramente se hará en la chicane previa a la última curva del circuito y los pilotos podrán activar el ala móvil en la recta de meta, la cual es de más de un kilómetro de longitud.
La prueba de fuego
El Gran Premio español será la prueba de fuego para el DRS, ya que la pista de Montmeló no suele darnos carreras demasiado entretenidas. Sin ir más lejos, el año pasado se produjeron entorno a 10 adelantamientos en pista, casi todos en la primera vuelta. Si funciona aquí bien, lo hará en cualquiera de los futuros circuitos del Mundial.