Incluso Christian Horner especulaba con la posible frustración del piloto británico al no ganar el Mundial de pilotos por tercer año consecutivo, dejando entrever que eso podría llevarle a buscar otras alternativas más allá de McLaren. Sin embargo, descartaba que Red Bull estuviese interesado en Hamilton, al tiempo que invitaba a los periodistas a preguntarle al piloto sobre esa cuestión.
La reacción de Lewis Hamilton a las palabras de Horner no se ha hecho esperar, y ha cargado duramente contra la escudería austriaca. El campeón de 2008 ha afirmado que está "cien por cien seguro de que McLaren ni Ferrari permitirán" que Red Bull siga con la hegemonía mostrada desde finales de 2009.
"Nosotros tenemos un estatus que a ellos les gustaría mantener", aseguró Hamilton, quien, por si no había quedado claro que ir a Red Bull no es una opción para él añadía: "Red Bull no es un constructor, son una compañía de bebidas. No sé cuáles son sus planes".
Además de criticar su modelo de negocio en la Fórmula 1, Hamilton también ha comparado la relación entre Sebastian Vettel y Mark Webber con la que él mantiene con Jenson Button para desmerecer a Red Bull."Me parece que Sebastian Vettel es el claro número uno del equipo. Mark también ha declarado eso, ¿no?", afirmó Hamilton con ironía. "(En McLaren) no necesitamos ninguna línea entre nosotros, no es como en Red Bull".
Las polémicas declaraciones del piloto de McLaren no se quedaron ahí, y también se refirió —entre sonrisas— a las sanciones que recibió por mentir a los comisarios durante el Gran Premio de Australia de 2009 y por conducir de forma temeraria por las calles de Melbourne durante el fin de semana de 2010.
"Vuelvo con la idea de no estar en la oficina de los comisarios ni de encontrarme con ningún policía", concluyó.