Ciertamente el último piloto en fallecer en pista fue el gran Ayrton Senna, pero alguien mucho menos mediático se dejó la vida en el circuito de Melbourne en la apertura del Mundial 2001. Se trataba de uno de los comisarios de pista del trazado australiano, quien tuvo la mala suerte de recibir el impacto de un neumático desprendido del monoplaza de Jacques Villeneuve.
Tal y como podéis apreciar en el vídeo sobre estas líneas, el BAR de Villeneuve embistió al BMW Williams de Ralf Schumacher (en un movimiento parecido al de Webber sobre Kovalainen en el GP de Europa 2010) y sus dos neumáticos salieron despedidos, con la mala suerte de que uno de ellos impactó contra el comisario.Tras este incidente, la FIA obligó a las escuderías a colocar un cable de seguridad en los monoplazas que sujetase las ruedas en caso de accidente. Esta medida ha resultado ser poco efectiva en los últimos años, y por eso en 2011 ese cable obligatorio irá acompañado de otro más en cada neumático.
Que llevemos 10 años sin accidentes mortales en la Fórmula 1, después de algunos escalofriantes accidentes que hemos visto, dice mucho del gran trabajo que ha hecho la Federación en los últimos años por reforzar la seguridad en todos los aspectos.