Pero aunque el vigente campeón del mundo sueñe con pertenecer a otra escudería, Chrisitan Horner, patrón de Red Bull, ha declarado que no pretende reprimir los deseos del joven de 23 años, o al menos públicamente, según recientes declaraciones:
"Una de las cosas que valoramos aquí es la libertad de expresión, y Sebastian es dueño de sí mismo y tiene sus propias opiniones. Creo que cualquier piloto en algún momento de su carrera sueña con pilotar para el equipo de rojo, y desde luego que no vamos a intentar impedírselo."
No obstante, el británico deja caer unas gotas de ácido sentido del humor, reconociendo que no le importaría que el cambio se produjese "justo antes de que se retirara, dentro de diez años o más."