Su 2009 fue impresionante y las bases maestras del coche que permitió al alemán convertirse en subcampeón del mundo tras Jenson Button han sido las que han permitido a Vettel convertirse en campeón del mundo en este apasionante 2010.
El primer Gran Premio fue un indicador de lo que iba a llegar: Seb fue imbatible en calificación, pero los problemas de su motor hicieron que tuviera que conformarse con la tercera posición detrás de los dos Ferrari.
El destino le volvió a jugar una mala pasada a Vettel en Melbourne, donde otra victoria segura se fue al garete por problemas de frenos. Conseguir un doblete en Malasia aplacó los ánimos de los críticos con el equipo al que acusaban de minusvalorar aquello de "para ganar lo primero es llegar".Sin embargo, la vuelta a Europa no siguió el guión de lo visto en Malasia para Seb, ya que tuvo que ver desde la cuarta posición cómo su compañero ganaba en Montmeló. Días después, en Mónaco, Vettel le limitó a minimizar daños, pero Webber volvió a ganar.
La presión era máxima. Los problemas mecánicos y el ritmo de su renacido compañero hacían que las dudas sobre la madurez de Vettel, que seguía pecando de demasiada impulsividad, comenzaban a arreciar cuando el Gran Circo llegó a Turquía.
Y explotó. Vettel se estrelló contra su compañero de equipo cuando debió haber conservado la segunda posición sellando un doblete para un escudería necesitada de puntos a pesar de tener un coche imponente.
La dificil situación del equipo, que trató de evitar el distanciamiento entre sus pilotos tras el incidente turco, se agravó en Canadá -el circuito menos propicio para el RB6- aunque el alemán reaccionó con una victoria impecable en Valencia.
El abandono de Webber en aquel Gran Premio convirtió la carrera de Silverstone en crucial para saber quién era el hombre fuerte del equipo. El equipo se encargó de dejar claro su elección al decidir quitar el alerón delantero 'evolución' a Webber para ponérselo a Sebastian.
Pero Webber ganó batiendo a su compañero en una ajustada salida y su rabia al final de la carrera demostró que el máximo rival de Vettel iba a estar dentro del equipo. La situación era irreconciliable.
Tras asistir como convidado de piedra a las órdenes de equipo de Ferrari en Alemania, Sebastian debió conseguir su tercera victoria del año en Hungría si no hubiera sido por otro error recurrente en su temporada: dejar demasiado espacio tras el Safety Car.
Por si fuera poco, Webber heredó su victoria, así que las semanas que pasaron entre la cita de Hungaroring y la de Spa sirvieron de reflexión a Vettel. De poco sirvió ya que su accidente contra Button le dejó cerca del límite.
Llegaba Monza y el mundillo comenzaba a ser un clamor a favor de Webber. Estaba mejor posicionado, más centrado y el equipo debía ayudarle a ganar. Sin embargo, la buena estrategia de equipo con Vettel le permitió seguir en la lucha recortando puntos al australiano al terminar en cuarto puesto.
Quedaban cinco carreras y no había margen para el fallo con Fernando Alonso entrando con fuerza en una impresionante lucha a cinco contendientes. En Singapur, Vettel corrió lo mejor que pudo, siendo segundo tras el asturiano.
Y desde entonces, la perfección se encarnó en Sebastian Vettel. Cuatro poles consecutivas que han hecho disipar todas las dudas de que el pupilo de Helmut Marko ha sido el hombre más fuerte del año, pese a todo.
La racha comenzó en Japón, uno de los lugares más especiales para Seb. Pole y victoria. Con la tensión de la lucha por el título en aumento, el alemán caminaba hacia el liderato del mundial en Corea cuando su motor dijo basta.
El resto es historia. El nuevo Campeón del Mundo ha realizado un fin de semana perfecto y la situación ha estado de su lado por una vez en lo que va de temporada haciéndose con el título mientras sus rivales se quedaban estancados en el tráfico.
Sebastian Vettel es un merecidísimo campeón del mundo. Su equipo le ha apoyado a muerte en los momentos difíciles y él ha sabido responder en situaciones de máxima presión. Sin embargo, la Fórmula Uno no deja tiempo para descansar: la lucha por el título en 2011 empieza la próxima semana. El 1 le espera en su Red Bull.