Llega Abu Dabi: Fernando Alonso no es rival para Red Bull

"Mi trabajo es ganar el campeonato del mundo, mi trabajo no es que la gente me quiera y me abrace," solía decir un famoso jefe de equipo, cuya línea editorial parece muy alejada de la marcada por Dietrich Mateschitz, que ha asegurado que preferirá perder el campeonato de pilotos a ganarlo por dar una orden de equipo.

Cualquiera que conozca la historia del hombre que comercializó una bebida que causaba furor en Hong Kong sabe que la visión empresarial de Red Bull pasa por el marketing y la consolidación de una imagen fresca y rompedora dirigida a jóvenes que apenas sabrían enumerar los componentes del jarabe.

Su aterrizaje en la Fórmula Uno ha sido más o menos así. Nada más llegar se cargaron al prometedor Tony Purnell para hacer las cosas a su manera y no habría mejor modo de conseguir el sueño del campeonato que 'enseñando' a esos clásicos que en la 'sucia' Fórmula Uno se puede vencer desde la limpieza y la igualdad.

Después de todo, la Fórmula Uno no deja de ser un continuo anuncio para Red Bull y seguro que a Mateschitz le molesta más ver el logo de 'Monster' en el casco de Michael Schumacher que ver cómo sus chicos perdan un doblete, así que es probable que le importe poco si el campeonato se escapa en favor de Fernando Alonso mientras que su marca sigue saliendo en portada.

El asturiano es un piloto sublime y merece tanto o más el título como los chicos de Red Bull, pero su rendimiento nunca ha parecido una preocupación para Horner y compañía, más pendiente de refutar cualquier acusación de sus rivales para defender la imagen de marca (suspensiones, alerones flexibles, tratos de favor...) que de maximizar sus opciones de conseguir los campeonatos.

Sólo hay que recordar lo ocurrido en Corea. Mark Webber tuvo que aguantar un fuerte correctivo de su jefe por asegurar que era "evidente" que el equipo se sentía más identificado con su compañero. "¡Esto mancha la imagen del equipo!" debió escuchar el bueno de Mark. Dos días más tarde, el australiano dilapidó sus opciones con un accidente evitable y ni siquiera recibió un tirón de orejas, que tampoco ha llegado jamás para Vettel.

Vista desde los ojos de Mateschitz, esta apasionante película ya tiene un ganador. Sea quien sea quien se haga con el título, la etiqueta 'Red Bull' aparecerá este lunes, otra vez, en las portadas de todo el mundo. El último giro de guión dirá si héroe acaba con la chica, el tipo que parecía secundario termina triunfando o la 'limpieza' de ambos termina permitiendo ganar al 'malo de la película'. Poco importa para él.

PD: La frase inicial fue pronunciada por Ron Dennis en 2007. Y es que, por mucho que el director sea muy distinto, me da que este domingo, cuando todo pase, miraremos la televisión con la sensación de 'esta peli ya la había visto'.