Opinión: ¿Qué hay del tercer poder?

Charlie Whiting tendrá en sus manos esta semana la decisión final sobre la homologación del circuito de Yeongam con objeto de acoger el Gran Premio de Corea que debería celebrarse en algo más de quince días y terminar con el enorme revuelo que los retrasos en la construcción del trazado han provocado.

La impresión generalizada es que, pese a que las instalaciones están a medio construir y el asfalto del circuito aún no esté listo, Corea obtendrá el visto bueno de la FIA y la carrera se disputará, aunque las condiciones del circuito no sean totalmente seguras para aficionados y pilotos.

Hay que recordar que Bernie Ecclestone anunció la entrada de Corea en el calendario en septiembre del año pasado y entonces se afirmó que las obras de construcción del nuevo circuito estaban en marcha. Sin embargo, la realidad es que la Fórmula Uno se enfrenta a una situación límite a falta de cuatro carreras para el final de una de sus mejores temporadas.

Jamás se debió llegar a este punto y el gran responsable de ello es Ecclestone. Sin embargo, no deja de ser indignante que el resto de estamentos del Gran Circo se hayan desentendido de lo ocurrido de la forma que lo han hecho durante estos meses. Entre ellos están los equipos, que nunca han dicho una palabra más alta que la otra sobre Corea.

Y es que, a pesar de que la elección de las sedes del calendario es responsabilidad unicamente de Ecclestone, la FOTA debería ser capaz de hacer oír su voz en los asuntos en los que el patrón del barco haya perdido el rumbo y no permanecer inmóvil ante un auténtico despropósito.

En los últimos años, tanto equipos como pilotos han comenzado a darse cuenta de que el auténtico poder es suyo. Ellos son los que atraen a los aficionados a los circuitos y los que reúnen a millones de personas delante del televisor y por ello, tienen la autoridad moral como para provocar cambios.

Ecclestone también lo sabe. De hecho, tras el anuncio del calendario 2010, los equipos sugirieron una serie de reajustes en el mismo por asuntos logísticos que fueron aceptadas prácticamente de inmediato. Nos quedaremos con la duda de si el escándalo de Corea podría haber sido evitado si los equipos se hubieran puesto serios con Ecclestone hace meses.

Sea cual sea la decisión de la FIA, la lucha por el título quedará afectada y sería más que oportunista que, en ese momento, algún jefe de equipo de los que ha callado durante meses salga a la palestra lamentado la suspensión o la celebración del Gran Premio porque perjudica las opciones de su equipo.