La única forma de que Red Bull pierda el Mundial se deberá a circunstancias anómalas y lo ocurrido en Turquía, el ridículo y bochornoso incidente entre sus dos pilotos cuando lideraban la carrera, puede ser el inicio de la historia de "como Red Bull perdió el Mundial que tenía ganado".
Es imposible entender por qué Red Bull no ha renovado todavía a Webber, uno de los pilares sobre los que se ha asentado el proyecto ganador de Red Bull en los últimos años, pero aún menos se entiende la prisa con la que los dirigentes trataron de justificar el mal rendimiento de Vettel en los momentos clave de los Grandes Premios de Mónaco y Turquía, sobre todo porque esas palabras han hecho mucho daño al mejor activo del equipo en este momento: el australiano del casco amarillo.
Surgen varias preguntas... ¿habría puesto Webber la alfombra roja a Vettel si tuviera su futuro asegurado? ¿lo habría hecho si sus jefes no le hubieran metido en la cabeza que si había ganado en Mónaco y había hecho la pole en Turquía era porque el jovenzuelo había tenido problemas? ¿hubiera arriesgado tanto el alemán sin la presión de tener que demostrarse superior? Son todas preguntas de difícil respuesta, pero lo cierto es que la forma de gestionar las últimas semanas no ha ayudado a los pilotos.
Tras lo de Turquía, Christian Horner está ante la mayor encrucijada de su vida y debe dejar claro a sus pilotos lo que hay, sea lo que sea. El problema es que la verdad, que evidencia alguien tan sincero como Helmut Marko descargando la culpa del incidente en Webber, no es todo lo políticamente correcta que esta elitista Fórmula Uno de las órdenes de equipo prohibidas puede esperar.
Con un coche dominio tan aplastante como el que tienen, parece que Red Bull pretende jugar a escoger qué piloto merece ganar el campeonato. Un joven acostumbrado a ganar, impulsivo y aún con muchas cosas por aprender contra un piloto curtido al que no le temblará el pulso en los momentos determinantes. ¿Les suena? Seguro que sí y a dos de los tipos que pueden aprovecharse esta vez del follón también.