Este movimiento, reduciendo la cilindrada para mejorar el consumo de gasolina de los monoplazas, sería sin duda bien recibido ya que ayudaría a mejorar la imagen medoambiental del deporte, y es por eso que la FIA ya está ejerciendo cierta presión para introducir dichos cambios antes de 2013, con la baza de que se ahorraría mucho dinero a largo plazo.
Gilles Simon, el director del área de tren de potencia y electrónica de la FIA, declaró que "tenemos que intentarlo, presionar para mejorar el consumo de fuel. Si, como ingeniero de motores, me ponen un coche con la máxima carga de gasolina, trataría de proporcionar a mis pilotos el coche con más potencia a la vez que eficiente. Es una competición técnica, y como la eficiencia es buena para los coches de calle, podría servirles también a los F1. Así que necesitamos adaptar las reglas actuales al futuro".
Simon considera como vital que cada cambio que se realice en F1 se haga en armonía con los coches de calle. "Lo ideal sería saber dónde se van a situar los coches de calle dentro de 5 o 10 años. Podríamos tener un buen reglamento que permitiese anticipar el futuro. Sin emgargo, no es fácil porque tampoco queremos imponer nuestro parecer. Necesitamos saber cómo ve el panorama el conjunt de fabricantes".
"Después de esto, daríamos los pasos lógicos en todos los campeonatos FIA. Creo que podría incluirse ya en el espectáculo ya que con motores de menor potencia, se podría añadir par electrónicamente para que los coches fuesen más rápidos, a la vez que se desarrollaría tecnología hibrida, todo con la finalidad de transmitirse a los coches de calle".Simon añade que la gente de la calle debe concienciarse de cuánto carbono produce un coche de F1 en pista, cantidad ridícula comparado con otras actividades. "Menos del 1% de la huella de carbono que produce un equipo de F1 proviene del coche dando vueltas. El resto lo genera el equipo en su actividad, por ejemplo, más del 60% del carbono proviene de la electricidad usada en las oficinas y en el túnel del viento".