La eterna bicefalia entre Woking y Maranello se resquebraja, como demuestran los comentarios del equipo McLaren sobre la legalidad del RB6. Al contrario de lo que hizo Ross Brawn solicitando una aclaración sobre el sistema, Whitmarsh se limitó a filtrar el asunto entre la sumisa prensa británica tratando de manchar la imagen de sus rivales de Milton Keynes.
Sea como fuere, los comisarios en China dictarán sentencia sobre la legalidad del supuesto ingenio que Red Bull equipa en su monoplaza y que le permite superar con facilidad a la competencia en calificación. Habrá que estar atentos a las palabras del señor Whitmarsh en caso de que, como se espera, el RB6 siga siendo declarado legal.
Y es que con excepción del caso de Brawn GP en la pasada campaña condicionado por un bestial cambio de reglamento y la discutible aprobación del llamado doble difusor, son contados los equipos que han conseguido romper el orden establecido.Mirando al pasado, eran menos aún los que imaginaban que Dietrich Mateschitz vería la Fórmula Uno como algo más que un anuncio sobre ruedas cuando el gurú de la célebre estimulante bebida se hizo con el control de la extinta Jaguar. Por una puerta se iba un constructor como Ford y por otra entraba un equipo independiente con un millonario detrás. ¿Les suena?
El hombre clave del éxito de Red Bull se llama Christian Horner, aquel jovencísimo jefe de equipo que ha madurado en el muro de un circuito y el único que se mantiene en el equipo desde esta foto de la presentación del equipo en Australia 2005. Lógico, tranquilo y siempre en segundo plano, Horner está por encima de sus compañeros de generación.
Horner consiguió uno de los viejos anhelos de la anterior dirección de Milton Keynes: firmar a Adrian Newey. Mientras Ron Dennis se preocupaba de arrebatar al enojado Juan Pablo Montoya de las huestes de SIR Frank, Red Bull se aprovechó del cada vez más insostenible trabajo de Adrian en McLaren. Aunque sus diseños siempre son discutidos, a largo plazo el sello Newey es garantía de éxito.
A pesar de titubear en sus inicios con la elección de pilotos, el equipo siempre giró en torno a la voz de un piloto experto como David Coulthard y cuando el escocés decidió que su hora llegaba, Red Bull contrató al trabajador Mark Webber, muy bien considerado por la gran mayoría del paddock. Bien jugado.
Pero la guinda del pastel estaba terminando de cocinarse. Cualquiera que hubiera visto la temporada del alemán en su debut en las World Series sabía que Sebastian Vettel estaba destinado a ser un grande de la próxima década. Pese a que estaba enrolado en el programa de jóvenes pilotos de BMW, Red Bull volvió a mover bien sus cartas asegurándole un buen programa de entrada a la Fórmula Uno. El resto es historia.
En definitiva, Red Bull hace las cosas bien. Desde los puestos más importantes de su equipo principal hasta su programa de jóvenes promesas, pasando por los 'roadshows' que llevan la Fórmula Uno por todo el mundo. Sin duda, será interesante ver cómo manejan su asentamiento en la parte alta de la tabla.
Como a todos, el futuro sigue planteando interrogantes para el equipo, desde cómo manejará a su nómina de jóvenes pilotos hasta quién será el compañero de Vettel en 2011... suponiendo que el joven alemán no quiera marcharse obviando lo bueno que le traerá el futuro en Red Bull. Aunque pensando en que hace un año no habían ganado ni una carrera, ¿quién querría marcharse ahora que llega lo bueno?