Le han acompañado en el podio un sorprendente y agresivo Robert Kubica con el Renault, y Felipe Massa con el Ferrari, que consigue su segundo podio del año y firma su mejor arranque de temporada. Pero los grandes protagonistas del día de hoy han sido Lewis Hamilton, Fernando Alonso y la lluvia.
Los otros dos españoles, Jaime Alguersuari y Pedro de la Rosa, se han quedado a las puertas de los puntos en beneficio de Michael Schumacher, quien sólo al final de la carrera ha sido capaz de pasar a nuestros pilotos. Y el equipo que lleva la bandera de España, Hispania Racing, ha hecho historia al acabar el monoplaza de Karun Chandhok la carrera.
¿Quién había dicho que la Fórmula 1 era aburrida? Si alguien todavía lo piensa, debería volver a ver el vídeo de esta carrera porque lo que hemos vivido hoy en Australia ha sido de lo mejorcito de los últimos años. Aunque claro, hemos tenido a una invitada de honor que siempre nos alegra los Grandes Premios: la lluvia.
Veinte minutos antes de la carrera empezaron a caer algunas gotas de agua sobre el trazado de Albert Park y todos los pilotos tuvieron que salir con neumáticos intermedios. Esto perjudicó mucho a los corredores que en un principio salían por la zona limpia, ya que la goma depositada en el asfalto les haría derrapar demasiado.El más perjudicado por la situación anterior fue Fernando Alonso. El español derrapó muchísimo en la salida, le faltó tracción y llegó a la primera curva 6º. Lo peor fue que Button le tocó por detrás, hizo un trompo, su monoplaza se quedó mirando hacia atrás y tuvo que esperar a que todos los coches le superasen para recolocar el suyo.
Ahí comenzó la remontada de Alonso, que tuvo que ir superando en pista a muchos pilotos para acabar finalmente 4º, aunque lo cierto es que los abandonos de otros corredores también le beneficiaron. Durante más de las 20 vueltas finales tuvo que rodar detrás de su compañero de equipo Felipe Massa. El brasileño era mucho más lento que él y ni siquiera pudo superar al R30 de Kubica, pero Fernando no quiso asumir el riesgo de tocarse con el brasileño y estropear la carrera de Ferrari.
Una vez comenzada la carrera, dejó de llover y el primer valiente en poner ruedas de seco fue Jenson Button. Durante su primera vuelta con los nuevos neumáticos, el monoplaza resbalaba muchísimo, pero en la segunda rodó mucho más rápido que el resto y todos los demás equipos de copiaron pronto la estrategia. Acierto pues de los estrategas de McLaren.
El inglés logró escalar hasta la segunda plaza y se mantuvo ahí bastante tiempo hasta que uno de los frenos del RB6 de Sebastian Vettel (que lideró desde el principio de la prueba) dijo basta, se rompió, el alemán se salió de pista y la carrera se acabó para él. Un nuevo fallo mecánico para Red Bull que ha debido de dejar a Vettel "muy contento".
Espectacular también la actuación de Robert Kubica con el R30. El polaco hizo una salida muy buena en la que adelantó varias posiciones para después ir pasando uno por uno a los coches que tenía delante hasta colocarse detrás de Button.
Uno de los protagonistas del día fue Alonso, pero el otro fue, sin duda, Lewis Hamilton. El británico se cansó de adelantar monoplazas en pista hasta que llegó al alerón trasero del Renault de Kubica. Hamilton entró entonces a cambiar de nuevo neumáticos, perdiendo mucho tiempo con respecto a los grandes, pero poco duraría la desventaja. Lewis fue recortándole a Alonso casi dos segundos por vuelta en la segunda mitad de la carrera y a falta de 10 vueltas para el final se pegó al F10 del español.
Y ahí vivimos lo mejor de la carrera porque Fernando no se dejó pasar en ningún momento. Cerró todas las puertas de manera magistrar e incluso cuando Hamilton encontró un buen hueco, Alonso frenó más tarde que nadie, bloqueó neumáticos y el McLaren tuvo que frenar para no comérselo. Este frenazo haría que Mark Webber, que venía justo detrás, tocase al MP4-25, haciendo este un trompo. El Red Bull perdió el alerón delantero (y tuvo que entrar a boxes a cambiarlo) y Lewis fue adelantado por Rosberg cuando sólo quedaba una vuelta para el final.
En cuanto a retiradas y accidentes, decir que el más espectacular ha sido el de Kamui Kobayashi, que se llevó por delante a Nico Hülkenberg y Sébastien Buemi. El japonés rompió su alerón en la salida y en una de las curvas siguientes se le metió bajo el monoplaza, perdió la dirección e hizo un 'strike' con el Williams y el Toro Rosso.
Sobre Pedro de la Rosa decir que hizo una buena carrera y rodó en la posición 9ª (la penúltima que da puntos) durante gran parte de la carrera, hasta que en los minutos finales sus neumáticos dijeron basta y fue adelantado por 3 pilotos.
Jaime Alguersuari mantuvo al heptacampeón Michael Schumacher detrás suyo hasta las últimas vueltas. El alemán tuvo que entrar en boxes a cambiar el alerón delantero del W01 después de haberlo roto en la salida y tuvo que remontar desde el principio. Fue adelantando monoplazas hasta que llegó a la altura de Jaime, al que sólo pudo pasar cuando el catalán cometió un error. Un poco más tarde ambos superarían a De la Rosa.
Los nuevos fueron abandonando poco a poco a lo largo de la carrera, aguantando solamente Heikki Kovalainen y un gran Karun Chandhok en pista con el Lotus y el Hispania respectivamente. Decir que la retidada de Timo Glock pareció motivada por habérsele acabado la gasolina del tanque.
La estrategia de neumáticos fue bastante variada en el GP de Australia 2010, aunque el compuesto más duro no fue usado por nadie. Sin contar los intermedios, que todos usaron de inicio, algunos pilotos optaron por rodar toda la carrera con un sólo juego (el equipo Ferrari y Sauber por ejemplo) y otros usaron dos (Hamilton, Webber, etc). Evidentemente al final de la carrera la diferencia de rendimiento entre unos y otros era notable, pero hasta los últimos giros los tiempos por vuelta no fueron demasiado diferentes entre usados y nuevos.
En definitiva, que la Fórmula 1 de aburrida nada de nada. La de hoy ha sido una carrera plagada de adelantamientos, de grandes lecciones de pilotaje, de jugadas de equipo, de estrategias y también de atacar sin pensárselo dos veces.