El menos alegre era Max Mosley, el actual presidente de la FIA, que ha tenido que ceder en su empeño por establecer un límite presupuestario de 45 millones de euros para 2010 y además no podrá presentarse a la reelección en octubre. Aún así decía: "Esto para mí es un enorme alivio."
"No habrá escisión. Hemos llegado a un acuerdo para la reducción de costes," anunciaba Mosley. "Habrá un único campeonato de F1, pero con el objetivo de volver al nivel de gastos de principios de los 90 dentro de dos años. Y no me presentaré a la reelección ahora que ya hay paz."
El británico ha intentado vendernos, con esta última frase, que se va después de haberse alcanzado la paz, pero la realidad es que la paz se ha alcanzado gracias a que él se va. Además se cree que a partir de ahora será Michel Boeri, actual presidente del senado de la FIA y máximo responsable del Club Automóvil de Mónaco, quien se haga cargo de las relaciones entre la FIA y los equipos.Más contento estaba Luca di Montezemolo, el presidente de Ferrari y de la FOTA, quien dijo que, además de preservar la Fórmula 1, habrá que relanzarla y darle un nuevo empujón de cara al público: "Max Mosley ha hecho un buen arreglo del problema. Cuando se alcanza un acuerdo, todos deben ayudar en la misma dirección. Las polémicas no son buenas para la Fórmula 1, y en particular para el público, porque se trata de un deporte fantástico que debe ser relanzado y no sólo protegido."
Aunque quizás el que estuviese más feliz fuese Bernie Ecclestone, presidente de la FOM, que podrá seguir amasando millones con el negocio que tiene montado en la Fórmula 1. El inglés simplemente dijo: "Estoy muy feliz de que el sentido común haya prevalecido."