"El futuro es algo complicado con estas nuevas reglas. Creemos que introducir el KERS este año es un error, aunque estemos a favor de que la Fórmula 1 sea un trampolín tecnológico. Pero el sistema de recuperación de energía en las carreras va a ser muy distinto del que se use en carretera. Es verdad que los costes son prohibitivos, y que con la FOTA hemos estudiado propuestas interesantes para acercarnos a los requisitos de Max Mosley para recortar gastos".
"El motor para tres Grandes Premios por 10 millones de euros significa que el coste es reducido a la mitad comparado con el de 2008. En 2011 lo llevaremos a los 5 millones, comparado a los 20 millones de hace cuatro años. Y encima está la reducción de test a 15000 kilómetros".
"Creo que necesitamos converger en el buen sentido: el general y el de consejo mundial de la FIA. Nuestras propuestas aprobadas para 2009 han sido un ejemplo. Tenemos dos objetivos: ayudar a equipos más pequeños, y permitir que la Fórmula 1 siga investigando e innovando, incluso para los proveedores de gasolina. Es impensable que los grandes fabricantes de coches acepten llevar motores hechos por otros".