"No puedo comprar mucho con una tercera plaza. Ni siquiera me importa que sea Kimi o Seb quien me adelante y la distancia respecto de Lewis en el mundial ha aumentado por desgracia. Aunque, por suerte, la temporada acaba de empezar y queda mucho por delante", ha explicado el piloto alemán. Sin embargo, su lenguaje corporal en el podio fue más que evidente y el propio Rosberg no se ha molestado en negar que estaba de mal humor admitiendo: "No siempre puedo ocultar mi decepción. Tal vez no sea un buen actor, simplemente soy como soy".
Como en casa en ningún sitio
Rosberg ha afirmado que ha vuelto a su casa de Mónaco: "Tomé un vuelo enseguida y llegué allí al día siguiente. Cuando vi a mi esposa, que está embarazada y es casi una mujer y media, toda la frustración despareció. Gracias a Dios, ahora Vivian está mucho mejor que durante los primeros meses de embarazo, pues antes se ponía enferma cada dos por tres. Ahora quiero estar en casa unos días antes de ir a Barcelona y recuperar las horas de sueños de los largos viajes que he hecho al comienzo de la temporada", ha añadido el piloto de Mercedes.
Por último, Rosberg ha negado que las negociaciones con Hamilton para conseguir renovar el contrato del británico se hayan retrasado debido a que el actual campeón del mundo hay pedido ser el número uno dentro del equipo: "Eso no pasará. En mi contrato está escrito que el equipo seguirá una filosofía en la que los dos pilotos del equipo son completamente iguales".