El inicio del año confirmó que el nuevo W04 era altamente competitivo a una vuelta, gracias en parte a la introducción del sistema FRIC, que interconecta hidráulicamente los cuatro brazos de la suspensión para obtener una mayor estabilidad. En carrera, sin embargo, todavía les faltaba dar un paso más, y aunque los podios en Malasia y China resultaban prometedores, dos abandonos por fallos mecánicos en los tres primeros Grandes Premios y el desastre del GP de España dejaban en entredicho la capacidad de convertir un monoplaza de primera fila en un coche ganador los domingos.
Como situaciones extremas requieren medidas desesperadas, tres días después de la debacle en la carrera de Barcelona, Lewis Hamilton y Nico Rosberg realizaron el test de neumáticos con el W04 que daría inicio a la mayor polémica de la temporada, conocida como el 'Pirelligate'. La jugada arriesgada se convertiría posteriormente en un acierto rotundo al lograr el primer triunfo del año en Montecarlo y repetir en Silverstone y Hungaroring, recibiendo únicamente una reprimenda y la prohibición de participar en los test para jóvenes pilotos como castigo.
Con mayor o menor pillería, lo cierto es que el equipo alemán finalmente había encontrado el rumbo y se situaba como la alternativa a Red Bull, siendo los únicos que les arrebataron poles durante el año y acumulando más victorias que el resto de rivales. En la segunda mitad de la temporada, el salto de calidad de los de Milton Keynes les obligó a centrarse en la lucha por el subcampeonato del mundo de constructores, que finalmente consiguieron certificar en la última carrera del año por delante de Ferrari y Lotus gracias a poseer la pareja de pilotos más equilibrada de la parrilla. Un final de plata que sienta las bases de las futuras luchas soñadas por el oro.
Mercedes en números:
Nico Rosberg
La cuarta temporada consecutiva del alemán con el equipo de Brackley ha sido la mejor de su trayectoria en la Fórmula 1 en cuanto a resultados, obteniendo los dos primeros triunfos del año para las Flechas Plateadas, además de tres poles y cuatro podios. Su momento estelar fue el Gran Premio de Mónaco, completando un fin de semana perfecto en el que dominó desde el viernes hasta la caída de la bandera a cuadros del domingo, confirmando que su victoria en China 2012 no fue una casualidad.
La actuación en su ciudad de residencia sirvió de bálsamo a un inicio de temporada complicado en el que dos fallos mecánicos y una orden de equipo en favor de su compañero le dejaban con las ganas de lucirse con un monoplaza competitivo. El triunfo en Silverstone fue su otro momento destacado, aunque llegase prácticamente de rebote en una carrera loca, y en una segunda mitad de año dominada por Red Bull consiguió destacar junto a Romain Grosjean como "los mejores del resto" en varias ocasiones, consiguiendo sumar 22 puntos más que su compañero en las últimas nueve carreras.
Tras afrontar con solvencia la complicada papeleta de ser compañero de un siete veces campeón del mundo como Michael Schumacher entre 2010 y 2012, la llegada de Hamilton suponía un nuevo reto de altura para Rosberg, o la mejor oportunidad para demostrar sus virtudes con un coche puntero y ante un rival consagrado. Los resultados finales confirman que Nico ha estado a la altura, y que en él Mercedes tiene a un piloto de garantías con el que formar una alineación competitiva.
Nico en números:
Lewis Hamilton
Fue uno de los protagonistas de la primera mitad de la temporada, rindiendo a un alto nivel y manteniendo una regularidad muy prometedora los domingos. Tras cuatro poles y tres podios, a Lewis todavía le faltaba quitarse la espina de no haber conseguido aún su primera victoria con las Flechas Plateadas. El reventón que le privó de conseguirlo ante su afición en Silverstone no hizo sino incrementar la presión, especialmente cuando su compañero ya había subido a lo más alto del podio en dos ocasiones. Su momento de gloria llegó justo antes del parón veraniego, en lo que a posteriori sería además la última oportunidad de conseguir una victoria para el equipo alemán, dado el dominio de Red Bull en la segunda parte del año.
Ganar en Hungaroring le sirvió para meterse en las quinielas como candidato al título, pero esa sensación fue un oasis en el desierto Vettel. Su posterior podio en Bélgica fue el último momento destacado de Hamilton en 2013, tras el cual empezó una serie de resultados irregulares y sensaciones no demasiado buenas en un monoplaza con el que nunca se llegó a sentir completamente cómodo, llegando a declarar que "durante todo el año he sentido que pilotaba el coche de otro". Pese a ello, se puede decir que el cambio de aires ha sido una decisión acertada, no tanto por la debacle vivida por McLaren, algo que ni el propio Hamilton pudo predecir, sino por su contribución desde el primer momento a uno de los proyectos más prometedores de la parrilla actual.
Lewis en números:
Cara a cara
Clasificación: 8-11
Carrera: 9-10
Vuelta rápida: 10-9