La empresa alemana fichó originalmente a Lowe, que fue el director técnico del equipo McLaren, el pasado invierno con la intención de que reemplazara a Brawn con efecto inmediato. No obstante, los planes cambiaron después, y Mercedes señaló que querían una 'transición suave', por lo que les gustaría que Brawn se quedara y así tuviera el control de su propio destino. Por su parte, Lauda presionó para que Brawn se quedara en el equipo, pero el obstáculo estuvo por encima del nivel de autoridad que tendría el austriaco. Tal y como dejó claro en el Gran Premio de Japón, Ross Brawn, de 58 años, señaló que se quedaría en el equipo si seguí como único jefe de la escudería.
Negociaciones en punto muerto
Sin embargo, algunas fuentes cercanas al equipo señalan que esa opción nunca estuvo abierta. Mercedes cree que tener a un solo jefe de equipo es un concepto pasado de moda dadas las complejidades de la F1 moderna. Así, la escudería esperaba persuadir a Brawn para que se quedara con otro rol que no involucraba encargarse del equipo día a día. Las negociaciones alcanzaron un punto muerto y Brawn decidió que no le quedaba otra opción más que marcharse. Por su parte, Wolff, el director ejecutivo [de negocios], se encargará ahora de las partes políticas y financieras del equipo, mientras que Lowe, director ejecutivo [técnico], estará al mando de los aspectos deportivo y técnico.
El futuro de Ross Brawn es incierto. El inglés ha enfatizado que no tratará de obtener ningún otro trabajo mientras siga en su papel actual, pero ahora ya es libre para poder encontrar otro puesto si desea continuar trabajando en la F1. De hecho, Brawn ha sido relacionado con el nuevo programa de F1 de la marca Honda, que regresará en 2015 de la mano de McLaren, así como con una posición en la FIA. El presidente actual de la federación, Jean Todt, trabajó con Brawn en Ferrari, en cargos muy similares a los que ahora ocuparán Wolff y Lowe en Mercedes.