Y es que el de Red Bull asegura que la diversidad de ganadores este año, que no se había visto desde 2003, demuestra el poco margen que existe entre los equipos que conforman la parrilla actual. "Es una demostración de la situación crítica que hay. En cada carrera hay diferentes variables que pueden suponer cambios entre los coches. Los neumáticos han jugado un papel decisivo y son importantes, ya que cada equipo trabaja con los compuestos de forma diferente en comparación a sus rivales. A veces, un circuito en concreto y la temperatura puede adaptarse mejor a un coche que al de sus rivales inmediatos, ya sea en un circuito de curvas rápidas como Silverstone, como en uno de curvas lentas como Abu Dabi", añade Newey.
El RB9 será una evolución del RB8
Sin embargo, Newey también ha querido dejar claro que el monoplaza del año que viene, que llevará el nombre de RB9, supondrá un paso evolutivo respecto al coche de esta temporada: "No habrá sorpresas; el coche del año que viene será una evolución del de este año. Lo genial del mundo del motor, y en concreto de la F1, es que sabemos lo que pretendemos conseguir durante el invierno, pero no tenemos ni idea de lo que harán los demás al respecto".