Esa innovación, conocida popularmente como difusor soplado, fue prohibida de cara a esta temporada con la clara intención de que las diferencias entre monoplazas volviesen a ser más pequeñas. Desde el momento en que se anunciaron los cambios en el reglamento técnico, en Red Bull temían no poder continuar con su tremenda racha de triunfos y éxitos. Analizando lo sucedido en estos once primeros Grandes Premios, Adrian Newey no duda en afirmar que estas prohibiciones les han afectado negativamente.
"Es lo que temíamos antes de que empezase la temporada", comenta el director técnico del equipo en declaraciones a Autosport. "Tras haber explorado en profundidad la tecnología del difusor soplado durante dos temporadas, su eliminación junto a otros cambios como la flexibilidad del alerón delantero nos han hecho bastante daño."
Habían dedicado mucho tiempo a la investigación del difusor soplado
"Probablemente nos ha afectado más a nosotros que a otros porque llevamos explotándolo más tiempo. Nos ha llevado un tiempo intentar comprender qué debemos hacer para recuperarnos", confiesa Newey. Actualmente Red Bull lidera el mundial de constructores con 246 puntos, por los 383 que tenían tras las once primeras carreras de 2011.
Newey también dejó entrever que todavía deben adaptar su monoplaza de acuerdo a la clarificación que ha realizado la FIA sobre las normas de los mapas motor de cara al Gran Premio de Hungría del pasado mes de julio. El rendimiento del RB8 en Hungaroring no estuvo a la altura del de los McLaren y los Lotus.
"Hemos estado trabajando con Renault y de repente nos encontramos con una clarificación que era una interpretación distinta a lo que nosotros creíamos y en lo que nosotros estábamos trabajando. Así es como estamos ahora, y debemos volver atrás y echarle un vistazo."