"Él [Alonso] es impecable y preciso en el trabajo con sus ingenieros, y una referencia para todo el equipo", dijo Domenicali a la Agencia EFE. "Tiene mucho en común con Michael desde el punto de vista profesional. Él es muy, muy bueno; no podemos pedir más. Su nivel de competición es fantástico, al igual que su actitud".
Domenicali ha reconocido que tuvo un papel muy importante en la decisión de traer a Alonso a Ferrari desde Renault al final del año 2009, en sustitución del Kimi Räikkönen: "Sí, absolutamente", afirmó el italiano.
Un disparate
Las palabras del italiano se volvieron algo más serias al hablar de los recientes informes que elevaban a 30 millones de euros lo que Ferrari estaría pagando al piloto español, unas cifras propias de la época de dominio del tándem Schumacher-Ferrari, cifras que, según él, no se corresponden con la filosofía actual.
"Leí sobre el sueldo de Fernando y era completamente ridículo y equivocado. De ninguna manera se corresponde con el nivel de inversión de Ferrari en el deporte. Es fácil hablar de dinero, pero la gente puede ser muy engañosa y a veces es a propósito", respondió Domenicali.
La irritación por parte del jefe de los chicos de Maranello es comprensible dado que, hace relativamente pocos días, Luca di Montezemolo pedía a la FIA que se impusieran medidas para reducir los costes de la Fórmula 1 en medio del contexto de crisis económica que asola Europa, unas palabras que, obviamente, chocan con las cifras astronómicas atribuidas al sueldo de Fernando.
"Las declaraciones del presidente serán recibidas con cierto grado de escepticismo en el paddock", escribió Kevin Eason en el periódico Times. El periodista dijo que Ferrari está en disposición de ser el "gran ganador" en el nuevo Acuerdo de la Concordia porque está "en la línea con su inversión".
Los jefes de los pequeños equipos "se tomarán poco en serio la súplica por parte del presidente de un equipo que ha gastado cientos de millones de libras para ganar campeonatos en los últimos 20 años, argumentó Eason para finalizar.