A dos semanas de que se ponga el semáforo en verde para el GP de Baréin, las protestas contra la celebración del Gran Premio de Fórmula 1 no paran de agravarse. Los ciudadanos del país del Golfo Pérsico creen que se les oiga y es por lo que no aceptan que el Gran Circo visite su ciudad sin que esta sea sometida a una reforma democrática. El glamour que el deporte élite del automovilismo deja por cada país que pasa es una antítesis total de la verdadera realidad que viven sus habitantes.
La situación ha llegado a tal punto de tensión, que las manifestaciones a favor de la cancelación de la carrera bareiní se intensifican en las calles de la ciudad. El gobierno de Baréin sigue intentando calmar la situación, pero los protestantes siguen con su ira por luchar en contra de la impotente realidad que viven en el día a día.
Según ha informado el rotativo The Times, los equipos han reservado dos tipos de billetes (plan B) a la hora de regresar del GP de China: uno con destino al aeropuerto de Baréin, y otro a sus respectivos países de residencia. Con este último movimiento de los equipos que ponen la acción en la pista del Gran Circo, la presión y la controversía crecen aún más en el gobierno bareiní, al igual que para la FIA, que sigue argumentando que mantiene controlanda la presente situación sin perderla de vista.
Sería la segunda vez que pasa en dos años
Recordemos que en el Mundial de la temporada pasada se dió la misma situación sobre el GP de Baréin. Iba a ser la cita que abriese el Mundial de 2011, pero tras la controversía sobre la seguridad de esta, hicieron que, pese a que se retrasase, no se disputase finalmente la cita bareiní. Esperemos que, ante todo, la seguridad para albergar la cita esté a la altura que corresponde un acontecimiento de Fórmula 1, al igual que su humanidad.