"No ha sido el inicio que todos queríamos pero tampoco hay nada por lo qué preocuparse. Ya lo dije ayer (domingo) por la noche en la pista: 12 puntos no está muy por debajo de la media del Campeón del Mundo del año pasado (Vettel hizo 14,2 puntos de media por carrera en 2010) y dos candidatos al título terminaron detrás de mí. Así que, en general, el Gran Premio de Australia no se puede definir como desastroso", escribió el bicampeón en su blog personal.
La distancia con los coches azules no es tan grande en carrera y dice que si no hubiese sido por la mala salida, habría podido luchar por la segunda plaza: "Ciertamente, en la clasificación estábamos muy lejos del Red Bull de Vettel y lejos del McLaren de Hamilton, pero en la carrera la situación mejoró, tal vez no en comparación con Sebastian, pero sin duda con los demás. La salida fue una lástima: si no me hubiese encontrado noveno al inicio de la primera vuelta, habría sido capaz de luchar hasta el final para los dos peldaños inferiores del podio".
La temperatura del asfalto no es excusa
El piloto español no quiere escuchar ningún tipo de excusa sobre el mal rendimiento de su Ferrari el sábado y quiere respuestas de porque funcionó tan mal a la hora de la verdad: "No soy de los que cree que un grado de temperatura aquí o allá pueden determinar cambios importantes en el rendimiento del coche en la pista. Así que no estoy de acuerdo con el hecho de que ayer (domingo) hacía más calor en comparación con el sábado y eso jugó a nuestro favor. El viernes, cuando las temperaturas fueron similares a las de la clasificación, el coche fue muy bien. Al día siguiente, desde la mañana, no fue tan bueno y tenemos que entender qué pasó con un cuidadoso análisis de los datos".
Los Red Bull no le han sorprendido porque la pretemporada no había dado pistas del rendimiento de ningún equipo: "Para mí no hubo grandes sorpresas este fin de semana, sobre todo porque no llegué a Melbourne con una idea clara de cómo se alineaba la parrilla. De los test, especialmente este año, ha sido difícil tener una visión real de la situación".
"La única sorpresa positiva fue el comportamiento de los neumáticos Pirelli que, al menos en el Albert Park, mostraron una menor degradación a la que vimos en los test. Veremos cómo van las cosas en Malasia, en Sepang, en una pista que es muy diferente al circuito semiurbano de Albert Park", aseguró.
Pensando ya en Sepang y Shanghai
Alonso descansará esta semana en las antípodas antes de viajar a su próximo destino: "Estoy en Australia y me quedaré aquí hasta el comienzo de la próxima semana, cuando viajaré a Malasia. Es importante preparar muy bien para las próximas dos carreras, que son seguidas. Ambas son muy exigentes desde el punto de vista físico, especialmente la de Sepang, donde pilotamos con temperaturas muy altas".