El de Ferrari decidió pasar el fin de año en este pequeño paraíso en medio del Océano Atlántico y, sabiendo lo celoso que es de su vida personal, nada más bajarse del avión pidió a la prensa de que le dejara en paz durante sus vacaciones o se marcharía al día siguiente.
Alonso, muy calmado en todo momento y siempre con una sonrisa en la cara, les pidió tranquilidad a los fotógrafos porque si no se iría diciendo que Porto Santo "es un desastre". A pesar de las advertencias, los 'paparazzis' no le han hecho ni caso, han informado minuto a minuto de su visita a la isla y el asturiano ya ha sido retratado incluso jugando al golf.Fernando se marchará a su casa el lunes y poco después volverá a Maranello para seguir trabajando en el Ferrari F11 que seguramente será presentado el día 25 de este mismo mes.
