El equipo austriaco con sede en Milton Keynes, está recuperando en los últimos Grandes Premios los puestos que su proyecto y ambiciones deseaban desde inicios de Campeonato. Para conseguirlo, el equipo ha comenzado a poner en orden su box, tratando de atajar las vías de agua por donde se escapaban los puntos y las opciones del Mundial.
Fiabilidad
La clave para luchar con Ferrari, que desde Monza se muestra tan en forma que asusta a propios y extraños, es cerrar cualquier punto débil del RB6 en términos de fiabilidad.La primera intervención ha venido del proyecto del RB7 (el monoplaza destinado a competir en 2011), y se ha centrado en el cambio de la posición de las pinzas de freno anteriores (una de las señas de identidad más claras de Adrian Newey). El buje de los Red Bull es una obra de arte en cuanto a diseño y ligereza, pero sufre problemas de fiabilidad debido a que los soportes de los triángulos inferiores de la suspensión y el tirante de esta apoyan sobre un mismo soporte minimalista.
A todo esto había que sumar la pinza de freno situada en la parte inferior con el objetivo de reducir el centro de gravedad del tren delantero al máximo, lo que provocaba problemas en la resistencia de los frenos y averías como la que le costó la victoria a Vettel en Australia.
En Monza sobre el coche del alemán se probó la colocación habitual vertical por detrás del disco, que ha sido la utilizada en Suzuka y que se mantendrá en los restantes GP y la próxima temporada. Este cambio ha obligado también a replantear las tomas de aire para la refrigeración del sistema de frenos delantero.
Evolución
A pesar de que el centro de atención de los medios era el Ferrari de Alonso, Adrian Newey ha llevado a Japón hasta tres alerones delanteros diferentes y dos difusores traseros (retocados en la zona anterior de las ruedas traseras).
Pero las novedades técnicas no terminan aquí, Red Bull utilizó en el último GP un nuevo conducto-F, esta vez inspirado en el usado por Renault, en una muestra de poderío en cuanto a desarrollo del monoplaza y capacidad técnica que dejan clara la determinación por la victoria de todo el equipo.
Pilotos
Christian Horner ha puesto orden finalmente entre sus pilotos (al menos por el momento) en una estrategia que trata de favorecer (nuevamente) a Sebastian Vettel, minimizando el daño al líder del mundial Mark Webber.
El orden de llegada es el de los monoplazas de la bebida energética de Singapur, ganando ambos una posición en Suzuka. Es decir, Vettel recupera puntos sobre Alonso, mientras que Webber aumenta su diferencia, aunque menos de la que debería, para asegurarse un Mundial en el que parece que nadie quiere verle como vencedor.
Horner ha conseguido que sus pilotos recuperen sobre sus rivales sin que sus chicos entren en "contacto" y se produzca una lucha cuerpo a cuerpo como la de Turquía. La prueba de toda esta estrategia la contemplamos en la salida de Japón donde no se produjeron las escenas de inicio de Campeonato entre los pilotos del equipo, ni mucho menos la vista en Silverstone. Webber y Vettel por el momento se respetan en espera del desenlace final que se dará inevitablemente en Abu Dhabi, y que puede ser la clave para que Alonso repita la hazaña de Räikkönen en 2007.